EL LIDERAZGO Y LA ÉTICA

¿Sabes qué es el liderazgo? Para algunos el liderazgo es motivación, para otros es sinónimo de resultados, para otros, inspiración. El liderazgo es el conjunto de capacidades que una persona tiene para influir en un conjunto de personas, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo en el logro de metas y objetivos. También se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar a un grupo o equipo.

¿Qué significa ser líder? Debemos tomar en cuenta que un líder no es un jefe, si no que es aquella persona responsable, honesta y capaz de contagiar a sus colaboradores a unirse a un mismo objetivo, respetando la integridad física e intelectual de sus seguidores.

Para que un líder ejerza adecuadamente el liderazgo, es necesario, y muy importante, que aplique la ética y la moral. Como ya sabemos, la ética es la disciplina que se ocupa de pensar el valor del bien, su naturaleza, su relación con otros valores y la fundamentación de las normas morales que rigen nuestras acciones. La moral está íntimamente ligada a la ética, que es un conjunto de normas de conducta y convivencia. Un buen líder debe regirse tanto de sus valores éticos como los profesionales, debe saber comportarse frente a su grupo, ya que es el modelo a seguir, además de saber comportarse frente a las adversidades que se le presenten en el camino, tratar de buscar la solución junto con su equipo y tomar las decisiones que van a conducir hacia la solución del problema.

La actuación del líder influye directamente en la formación de la cultura empresarial, es decir, en el ambiente que se desarrolla en la empresa, con los integrantes de equipo. “Al comprometerse a ejercer un liderazgo ético, el líder asume la responsabilidad de formar racional y emocionalmente a sus trabajadores. Esto es fundamental para ganarse la confianza y colaboración de los mismos, que se verán identificados con los valores y objetivos de la organización y tratarán de desarrollar actitudes positivas ante el trabajo y la comunidad” (Gómez, 2009). El líder, actuando de forma ética forjará un ambiente de confianza, el sentido de responsabilidad y respeto hacia los demás compañeros de equipo. Un ambiente donde también se recompense el buen trabajo y la innovación, y no se admitan comportamientos inmorales y no éticos. Con esto, se creará entonces un ambiente de trabajo exigente a la par que humano.