Historia de María Lionza
La Voz de María Lionza
La Voz de María Lionza 
icono de búsqueda de contenidos

Historia de María Lionza

NIÑA, MUJER, DEIDAD

Oswaldo G. | 7 jun 2018

El culto a María Lionza se remonta al tiempo previo a la llegada de los españoles a territorio venezolano en el siglo XV. Los indígenas que habitaban lo que hoy se conoce como el Estado Yaracuy, veneraban a Yara, Diosa de la Naturaleza y del Amor. De hecho, según algunos lingüistas, el vocablo Yaracuy significa "lugar de Yara". De acuerdo a la descripción que los indígenas hacían de Yara, ésta era una mujer triste de grandes ojos verdes, pestañas largas y amplias caderas. Olía a orquídeas, su sonrisa era dulce y melancólica, los cabellos lisos y largos hasta la cintura, con tres hermosas flores abiertas tras las orejas. Según la leyenda, Yara quien era una hermosa princesa indígena, fue raptada por una enorme culebra dueña de las lagunas y los ríos, que se enamoró de ella. Enterados los espíritus de la montaña de lo hecho por la culebra, decidieron castigarla haciendo que se hinchara hasta que reventara y muriera.

 

Tras esto, eligieron a Yara como dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre protectora de la naturaleza y reina del amor. El mito de Yara sobrevivió a la conquista española, aunque sufrió algunas modificaciones. En este sentido, Yara fue cubierta por la religión católica con el manto de la virgen cristiana y tomó el nombre de Nuestra Señora María de la Onza del Prado de Talavera de Nivar. Sin embargo, con el paso del tiempo, sería conocida como María de la Onza, o sea, María Lionza.

 

Significación cultural:

 

La cultura venezolana al igual que la de América Latina está formada por la unión de negros, indios y blancos españoles. María Lionza es el centro de la trilogía de máxima jerarquía en las cortes espirituales venezolanas. Dicha trilogía está conformada por la reina María Lionza, el Cacique Guaicaipuro -Cacique de Los Teques y otras tribus que se opusieron ferreamente a los españoles-, y el Negro Felipe –soldado durante las guerras de Independencia de Venezuela-.

 

Una mujer hecha mito:

 

      El mito de María Lionza forma parte de nuestra riqueza espiritual y nuestra herencia aborigen, como tal, forma parte de un patrimonio vivo que se renueva y se expresa en el misterio de la mujer y lo femenino.

 

Pero ¿cómo se empezó a estudiar este mito? En 1939, Gilberto Antolínez registró el mito de María Lionza, cuando se encontraba haciendo una recopilación etnográfica de nuestros aborígenes. Esta fue la primera investigación que se hizo y que se siguen haciendo en torno al símbolo de la mujer, lo femenino, la madre y la naturaleza, elementos fundamentales de este mito y de nuestra cultura.

 

Un mito hecho mujer:

 

En 1951, el artista Alejandro Colina, elaboró la escultura de María Lionza en Caracas. Con el pasar del tiempo esta imagen trascendió los gustos estéticos de su época y ocupó un espacio significativo en el imaginario colectivo de los habitantes de la ciudad Caracas y de todos los creyentes del mito. Muestra de ello, es todo el interés que despierta su estado de conservación mientras estuvo en pie en la Autopista Francisco Fajardo; así como cuando se partió, el 6 de junio de 2004, y durante su proceso de restauración, que culminó en 2011. Actualmente, la pieza está en custodia de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en las instalaciones de la Casona Ibarra, colocando en su lugar una réplica de la obra original. El traslado de sus partes se efectuó satisfactoriamente desde la autopista hasta la UCV, a través de un trabajo multidisciplinario de la Comisión para la Preservación y Desarrollo (COPRED). La UCV actualmente está solicitando a la alcaldía Libertador remover la réplica para colocar la escultura original en su correspondiente lugar. El IPC en su papel de órgano rector en la conservación del patrimonio del país realiza visitas de carácter informativo, con el fin de conocer los lineamientos y metodologías que se esperan ejecutar en el proceso de intervención. En torno a María Lionza gira, no solo lo intangible del mito; ahora se le añaden los valores artísticos, las formas y los volúmenes de la obra de arte.

 

Una mujer hecha naturaleza:

 

La vinculación entre el mito de María Lionza y la naturaleza se hace evidente en el estado Yaracuy, próximo a la población de Chivacoa, donde se encuentra el macizo de Nirgua, el cual fue declarado Monumento Nacional María Lionza en 1960. En este monumento se origina el Río Yaracuy, el cual surte de agua a todo el estado y desemboca en el Mar Caribe, se caracteriza por su selva nublada y entre su fauna se destaca la Danta o Tapir, el cual es un elemento que forma parte del mito. En este patrimonio natural se conjugan los valores de nuestra diversidad biológica con las creencias y rituales destinados a la Diosa. Lo cual califica a este espacio como un paisaje cultural donde convive el ambiente y la cultura en torno al mito.

 

Para el INSTITUTO DEL PATRIMONIO CULTURAL, el mito de María Lionza simboliza la manera en que se gesta el mestizaje biológico y cultural de Venezuela. En él se expresan las raíces indígenas, europeas y africanas que conforman el mapa de Venezuela. Por tal motivo, desde el año 2000 varias instituciones académicas, vienen trabajando en la elaboración del expediente para su declaratoria como patrimonio de la Nación, entre las que destaca la Escuela de Antropología de la UCV, la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy (UNEY) y el IPC.

 

El mito de María Lionza: ¿Cómo se volvió una diosa?

 

Hay más de 25 relatos de leyenda sobre la diosa. Los etnólogos han descubierto que el mito es constantemente escrito en los círculos espiritistas del culto a María Lionza. Sin embargo, es difícil encontrar una versión escrita del mito.

 

Entre los relatos más relevantes estan:

 

Relato 1.- El cacique indio tenía una linda hija de ojos verdes. Como los ojos verdes eran un mal signo, el padre decidió llevarla al lago y dársela a la anaconda que vivía en el fondo del lago. Después, la anaconda la arrojó hacia fuera del lago. Se volvió una Diosa maravillosa rodeada por muchos animales, agua y plantas.

 

Relato 2.- Antolinez (1945), etnógrafo, registró el siguiente: Hace mucho tiempo atrás la gente de Yaracuy (Jirajara), recibió un aviso o premonición de que una niña de ojos verdes iba a nacer. Eso se consideraba una alerta, porque sus ojos podrían ser una señal de malos tiempos por venir y, si veía su reflejo en el lago cercano, un monstruosa culebra podría salir de ella y traer muerte y destrucción. Bajo esta profecía, y justo antes de la conquista española, una niña de ojos verdes nació. Estaba destinada a ser sacrificada a la gran Anaconda, por el aviso recibido. El padre la salvó y la envió a un lugar secreto donde creció. Veintidós guardias la cuidaron en esa nueva casa y se encargaban enérgicamente de prevenir que la niña se acercara al lago. Un día los guardias se durmieron y ella se escapó de ellos. Fue al campo y encontró en su camino un bello lago, y con fascinación, vio su reflejo en el agua. Desde ese momento en adelante, ella tomó la forma de una anaconda y creció tanto que su cuerpo explotó y desbordó las aguas y trajo inundaciones al pueblo. Su cabeza estaba en la laguna de Tacarigua y su cola en la montaña de Sorte.

 

Relato 3.- El Cacique, indio de Yaracuy, tenía una niña de ojos verdes deslumbrantes. Era una buena señal para la familia y la comunidad, que tanto necesitaban en los tiempos duros de la conquista española. A medida que crecía se convirtió en un amuleto de salvación para la comunidad. El nombre de la niña era Yara. Tupi, su madre, la llevó a la montaña donde permanecía a salvo bajo el cuidado de un regimiento de guardias. Sin embargo, la situación con los conquistadores españoles empeoró. El encanto de Yara le permitió convertirse en una diplomática para establecer conversaciones con los españoles, y la comunidad puso todas sus expectativas en ella como instrumento de paz. Se reunió con Ponce de León usando el nombre de María del Prado. La conversación fracasó y ella se retiró a la montaña donde desapareció y se mantuvo allá como una diosa.

 

Algunos estudiosos encuentran a Yara parecida a Uyara, deidad que pertenece a los mitos de los tupis en Brasil. Antolinez define a Uyara como una mujer dulce pero con sonrisa melancólica que atrae y captura a los hombres, satisface sus deseos con ellos, y luego los abandona. La lujuria es lo que la impulsa, es una come hombres. Los atributos de Uyara han sido proyectados en María Lionza.

 

Relato 4.- Para 1920 el mito relataba a la diosa como una mujer blanca (Garmendia, 1980). María era hija de una pareja de españoles. Cuando tenía 15 años, desapareció mientras nadaba en un lago. No murió sino que fue rescatada por una onza. La onza y María eran una y la misma. Por ello se llama María de la Onza y el dialecto popular condensó el nombre en María Lionza. Hay una versión similar a esta donde María Lionza se llama María Concepción de Sorte, hija de unos españoles, creció entre animales del bosque, hasta que un día le atrajo una luz extraña y desapareció. Se fue al cielo y se unió a algunos indios, que la hicieron reina y cabalga una onza.

 

Relato 5.- Algunos historiadores han tratado de averiguar si la historia de María Lionza es real. Para Garmendia, María Lionza era una dama española, que vivía en Barquisimeto durante la mitad del siglo XVII y su verdadero nombre era María Alonso. Era propietaria de vastas extensiones de tierra y era famosa por su bondad y la forma tan dulce que trataba a los trabajadores. Tenía afinidad por las onzas y era propietaria de 1.000 de estos animales.

 

Relato 6.- Para Bruno Manara, historiador (1995). María Lionza era una española, que posiblemente se llamaba María del Marqués. Nació en España y vino a Venezuela, después que su barco naufragó como resultado de un huracán, que barrió al mar caribe en 1800. Fue arrojada a las playas venezolanas y fue rescatada por un grupo de indígenas que se la llevaron a Chivacoa, un jefe indio joven. Ella le enseñó algunas habilidades básicas a la tribu y luego se convirtió en reina de la tribu y de las montañas.

 

Estudios hechos por el licenciado Bruno Manara (1995: 217-219, 225, 232, 236) buscan despejar la incógnita de quién es María Lionza. Por lo extenso del trabajo se resume la versión aportada por la comunicación a través de dos mediums en los que la diosa se hace presente y relata su origen: Llega a Venezuela en un buque que naufraga y llega al actual Puerto Cabello (Edo. Carabobo), natural de Tenerife (Islas Canarias) y de aproximadamente 25 años, su nombre original es María Leoncia del Marquéz. Son los indios Araucos quienes la rescatan en la playa y la llaman “Lionza”, que quiere decir “mujer llegada por aguas” y llevada a la montaña-residencia de los indígenas, lugar en el que hoy se le venera (Sorte, Edo. Yaracuy). De acuerdo a esta versión, muere a los 66 años.

 

En 2015, se publicó en Francia como parte de una novela corta, una reescritura del mito de María Lionza. El escritor venezolano (Juan Carlos Méndez Guédez) incluyó en su libro: Las siete fuentes (traducido y publicado como Les septs fontaines), una versión del mito en el que María Lionza debe enfrentar a su padre: Don Juan de los Cerros, dios feroz que controla la montaña y se convierte en serpiente para someter a los hombres y mujeres que viven cercanos a una laguna. María Lionza y sus doce hermanos: Don juan de los caminos, don Juan de las aguas, etc...logran triunfar sobre este dios, hasta que finalmente ella se retira a Sorte, después de salvar a las personas del poblado donde creció. El mito de María Lionza también está presente en las artes plásticas, varios artistas la han incluido como parte de la temática de sus obras. "La Reina María Lionza" de Víctor Míllan es un ejemplo de arte popular o ingenuo donde la "diosa" es retratada​ y más recientemente en obras de Honys Torres ("Caracas Ciudad Mística", 2012)​ y de Francisco Rada ("La Corte Bolivariana", 2016),​ entre otros artistas.

 

Temas relacionados:

Opiniones de este contenido

Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.




 No hay opiniones. Sé el primero en escribir.


Escribe tu comentario
* Datos requeridos
Título *
Contenido *
Tu nombre *
Tu email *
Tu sitio web
 
Te recomendamos...
Proyecto de aula
https://press.parentesys.com/8241/
EL ATENEO
https://press.parentesys.com/30397/
Quantum computing SPanish Association in INformatics
https://press.parentesys.com/50503/
Noticias La Hontanilla
https://press.parentesys.com/19930/
LA VOZ DE LENA
https://www.lavozdelena.es/