FUNCIONES:
2. SON PROFESIONALES:
No cualquiera es bombero. Toda persona que quiera ser bombero debe pasar por un periodo de instrucción básica donde recibe conocimientos teóricos acompañados de intensos entrenamientos, donde es sometido a exámenes médicos y psicológicos que finalmente acreditan si está o no facultado para responder de forma correcta a las emergencias. En 1988 se creó la Academia Nacional de Bomberos de Chile, algo así como una “universidad” de bomberos, que desarrolla una exigente malla curricular. Nuestros bomberos podrán ser voluntarios, pero saben tanto como cualquier bombero pagado de otro país de Europa o Norteamérica. Este alto grado de preparación permite que los bomberos respondan a situaciones más complejas según sus capacidades y las necesidades de su zona, especialidades como control de materiales químicos peligrosos, rescate subacuático y en altura, entre otras.
3. SON APASIONADOS:
Los bomberos hacen todo desde el corazón: desde agitarse escuchando su radio portátil e identificar las sirenas de su carrobomba a varias cuadras de distancia hasta querer a sus colegas bomberos como sus hermanos y sufrir al no lograr salvar con vida a alguna víctima. Héroes incomprendidos, a veces, por lo mismo: no todos comprenden esa loca vocación de servicio, en la que se arriesga la vida sin pedir nada a cambio. Desde 1851, año en que se fundó el primer Cuerpo de Bomberos en Valparaíso, 308 bomberos han muerto en actos de servicio.
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La participación de la mujer se inició en junio de 1975 con el primer grupo de bomberas conformado por 20 jóvenes. En 1976 se amplió el número de estaciones: Puente Aranda, Ferias, Kennedy y Fontibón. También se inició la construcción del Comando de Bomberos.
En la década de los 80 se conformó el Grupo Especializado de Rescate. También se produjo la más grande conflagración en la historia de la ciudad, con llamas que llegaron hasta los 100 metros de altura. Una chispa incendió, el 13 de diciembre de 1982, los vapores de combustible del mayor de los tanques de acopio de gasolina en el sector de Puente Aranda.
Tres años después vino la toma del Palacio de Justicia, en la que los integrantes de la institución hicieron presencia para controlar las llamas y socorrer a las víctimas. La semana posterior participaron activamente en los rescates de la tragedia de Armero, ocasionada por la explosión del volcán Nevado del Ruíz.
Cuando la década de los 80 agonizaba se presentó el ataque contra el Edificio del DAS. Allí, igualmente, estuvieron presentes en la atención de este hecho.
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