Migraciones internas en Argentina entre los años 1930 y 1945.
En 1930 se produce el primer golpe de estado en nuestro país, Hipólito Yrigoyen es derrocado, asume la presidencia José Félix Uriburu y luego de las elecciones fraudulentas de 1931 comienza el mandato de Agustín Pedro Justo. En este contexto político se produce una marcada migración Interna.
En 1930 comenzó una etapa de cambios demográficos en la sociedad argentina. Se produjeron importantes migraciones internas, del campo a la ciudad y de una provincia a otra. Este proceso de urbanización fue desencadenado por varias causas. Entre ellas la disminución de la ocupación en el sector agropecuario, ocasionada por la Crisis de 1929 que produjo el cierre de los mercados internacionales, disminuyendo las exportaciones, y los precios de la materia prima.
Otra, el gran atractivo que ejercían las ciudades grandes, en primer lugar, la Ciudad de Buenos Aires y en menor medida las ciudades de Rosario, Córdoba y Santa Fe. Estas ofrecían una gran oportunidad de ocupación, originada por la demanda de mano de obra de la creciente actividad industrial. Que encontraba su mayor estímulo en la disminución del ingreso de productos industriales e insumos y en el incipiente modelo económico de nuestro país el ISI (industrialización por sustitución de las importaciones).
A lo largo de este periodo, los migrantes se instalaron mayoritariamente en el llamado cordón industrial de Buenos Aires, ubicado completamente en la provincia de Buenos Aires que termina concentrando más del 70% de la población total del aglomerado urbano y volviéndose por sí misma en la zona dominante del país, integrada mayoritariamente por trabajadores industriales, descendientes de inmigrantes internos o ellos mismos migrantes internos. Secundariamente, la migración industrial pobló Rosario y Córdoba.
La principal consecuencia de la migración es un cambio en la densidad de población, lo que ocasiona una alta densidad de habitantes en las grandes ciudades y una baja densidad en las zonas rurales.
El rápido aumento de la población en estas zonas multiplicó las necesidades habitacionales y los consecuentes problemas de salubridad. La falta de vivienda llevó a improvisar en terrenos baldíos pequeñas y precarias casillas, el conjunto de ellas se conoció con el nombre de Villa Miseria, faltando los accesos a servicios públicos básicos. En general estaban cercanos a las fábricas por la falta de transporte.
Se puede destacar que estas migraciones también hicieron crecer la cultura de los barrios de las grandes Ciudades
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