Gracias a las crisis sanitarias los gobiernos en diferentes Países se han visto obligados a crear diversos planes de contingencia, que repercuten por su puesto en los programas de educación, puesto que en algunos Países se vieron forzados a suspender clases presenciales en los colegios y universidades, justamente para mitigar en este caso del COVID-19. La Unesco estima que más del 91% de la población mundial, se encuentra afectada en dicho aspecto (UNESCO, 2020).
El Gobierno Nacional para el caso de Colombia, tuvo que realizar una cuarentena obligatoria para prevenir el contagio masivo de la población, quedando únicamente funcionando los sectores esenciales como la salud, alimentos, transporte local, y todos los que no pertenecían a estos sectores tenía que estar en casa, algunos con home office, teletrabajo, al igual los niños y jóvenes estudiando desde casa, con lo cual se evidencio la falta de conexión e internet que tiene el país, pues son muchas las zonas rurales, municipios y personas de estratos bajos que no tienen conexión, provocando que no todos puedan estudiar virtualmente, además, algunas familias no pueden pagar la instalación de un operador privado para instalar Internet en casa, ni cuenta con herramientas tecnológicas para poder trabajar y que sus hijos puedan recibir clases. Todo esto muestra que la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), son importantes como complemento de las clases presenciales y ahora en el ciberespacio, ya sea para el desarrollo de las clases y los trabajos que se deben realizar desde casa, pues se pueden utilizar diferentes plataformas y herramientas tecnológicas con lo cual procesar toda la información que se requiera para realizar las actividades, ya sea a través del computador, teléfonos celulares, televisores, vídeos y tablets, que no solo en época de Pandemia son importantes, por el contrario que en la globalización se volvieron una herramienta fundamental, en todas las áreas.
Al día de hoy principalmente, no tenemos la infraestructura tecnológica adecuada y nuestro sistema educativo no ha creado proyectos sostenibles y eficaces para implementar estas herramientas virtuales, no tenemos esa cultura, no estamos familiarizados con este sistema de aprendizaje, entonces, como no estamos acostumbrados ni adaptados a este tipo de metodologías, no simplemente es una dificultad para los estudiantes, ciertamente no todos tienen las capacidades para recibir un proceso académico no presencial, pero aquí en Colombia hay dificultades hasta para las clases presenciales, así que sería paradójico que pretendamos hacer uso de estas técnicas en toda su virtud. No es algo nuevo que existan dificultades para estudiar, existen carencias en todos los casos, y también todos los casos tienen una solución; pero los únicos perjudicados aquí no solo son los estudiantes, sino también cómo los docentes y las instituciones académicas están llevando a cabo esta nueva metodología de las clases virtuales, para muchos desconocida. Otros están en una fase de aprender a utilizar este nuevo recurso, y ese proceso de prueba está presto a muchos errores y deficiencias.
En definitiva, el problema en cuestión es de cultura, no estamos acostumbrados a este estilo de vida y menos de aprendizaje, el estar encerrados ha afectado más áreas de la sociedad de las que creemos, pero lo ideal sería que hiciéramos de esta etapa un ejemplo de superación y aprendizaje; finalmente no todo es negativo, puesto que se ha despertado un interés profundo por el uso de nuevas tecnologías, que faciliten el aprendizaje en el ámbito académico, con este nuevo estilo se han generado situaciones curiosas para muchos docentes o estudiantes; tanto de bachillerato como estudios superiores, por ejemplo personas que aparezcan con cámara activada sorpresivamente y se encuentre en ropa ligera, hasta durmiendo por ratos, esto ha hecho que en medio de la crisis, se haga divertido y saque a las personas de alguna manera de lo rutinario, por consiguiente se podría decir que en esta nueva forma de aprendizaje, han participado más actores sociales que en la presencialidad.
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