Ya lo dijo Cicerón hace más de dos mil años "Quousque tandem abutere, RENFE, patientia nostra?", o lo que es lo mismo "RENFE, ¿hasta cuándo vas a abusar de nuestra paciencia?" . Y es que comprar un billete en su web se ha convertido en una experiencia sólo comparable a una colonoscopia con un cepillo de rizar el pelo.
10 años, se dice pronto, es el tiempo que ha estado en servicio la antigua web de RENFE, haciendo malo el lema "si algo no funciona, mejor no tocarlo". Cómo una página tan espantosamente mala ha sobrevivido tanto tiempo no tiene explicación, algunas fuentes consultadas indican que no hay de subestimar el valor histórico de la susodicha web, de hecho se la considera precursora de las escape rooms, los más escépticos pueden comprobarlo tratando de comprar dos billetes, sólo de ida, de Tarragona a Sevilla, uno con descuento de familia numerosa y otro con descuento de tarjeta dorada, vagón silencioso, pagando en PayPal y con tarjeta de puntos. Nadie lo ha logrado.
Con el lanzamiento de la nueva web, RENFE ha activado la promoción "Recuperando el tiempo perdido", consistente en cargar en la tarjeta de fidelización, además de los puntos, tiempo de viaje, conforme a una estimación, realizada con redes neuronales, del tiempo malgastado reservando todos los viajes registrados en la misma. Hay viajeros poseedores de la tarjeta RENFE oro que ya han viajado al siglo XII y se han alistado en las cruzadas. La web de RENFE nos ha hecho personas duras de pelar, han afirmado.
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