Pandemia en Siglo XXI

Por tercera vez en tantas décadas, un coronavirus zoonótico ha cruzado especies para infectar poblaciones humanas. Este virus, llamado provisionalmente 2019-nCoV, se identificó por primera vez en Wuhan, China, en personas expuestas a un mercado de mariscos o productos húmedos. La rápida respuesta de las comunidades de salud pública, clínica y científica de China facilitó el reconocimiento de la enfermedad clínica y la comprensión inicial de la epidemiología de la infección. Los primeros informes indicaron que la transmisión de persona a persona era limitada o inexistente, pero ahora sabemos que se produce dicha transmisión, aunque se desconoce hasta qué punto. Al igual que los brotes causados por otros dos coronavirus respiratorios humanos patógenos coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo y coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio. Al 24 de enero de 2020, había más de 800 casos reportados, con una tasa de mortalidad del 3% 

Como se informa ahora en el Zhu et al.  han identificado y caracterizado 2019-nCoV. Se ha secuenciado el genoma viral, y estos resultados, junto con otros informes, muestran que es 75 a 80% idéntico al SARS-CoV e incluso más estrechamente relacionado con varios coronavirus de murciélago. Se puede propagar en las mismas células que son útiles para el crecimiento de SARS-CoV y MERS-CoV, pero en particular, el 2019-nCoV crece mejor en las células epiteliales primarias de las vías respiratorias humanas que en las células de cultivo de tejidos estándar, a diferencia del SARS-CoV o MERS- CoV. La identificación del virus permitirá el desarrollo de reactivos para abordar las incógnitas clave sobre esta nueva infección por coronavirus y guiar el desarrollo de terapias antivirales. En primer lugar, conocer la secuencia del genoma facilita el desarrollo de ensayos cuantitativos sensibles de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa para detectar rápidamente el virus. En segundo lugar, el desarrollo de ensayos serológicos permitirá evaluar la prevalencia de la infección en humanos y en posibles fuentes zoonóticas del virus en mercados húmedos y otros entornos. Estos reactivos también serán útiles para evaluar si la infección humana está más extendida de lo que se pensaba originalmente, ya que los mercados húmedos están presentes en toda China. En tercer lugar, tener el virus en la mano estimulará los esfuerzos para desarrollar terapias antivirales y vacunas, así como modelos animales experimentales.

Una segunda cuestión clave es la identificación del origen zoonótico del virus. Dada su gran similitud con los coronavirus de los murciélagos, es probable que los murciélagos sean el reservorio principal del virus. El SARS-CoV se transmitió a los humanos a partir de animales exóticos en los mercados húmedos, mientras que el MERS-CoV se transmite de los camellos a los humanos.  En ambos casos, los huéspedes ancestrales probablemente fueron murciélagos. Es importante comprender si el 2019-nCoV se transmite directamente de los murciélagos o por medio de huéspedes intermedios y ayudará a definir los patrones de transmisión zoonótica.

Una característica sorprendente de la epidemia de SARS fue que el miedo desempeñó un papel importante en las consecuencias económicas y sociales. Aunque todavía se están desarrollando terapias anticoronavirales específicas, ahora sabemos mucho más sobre cómo controlar estas infecciones en la comunidad y los hospitales, lo que debería aliviar algo de este miedo. La transmisión de 2019-nCoV probablemente se produzca por medio de gotas grandes y contacto y menos por medio de aerosoles y fómites, según nuestra experiencia con SARS-CoV y MERS-CoV. Las medidas de salud pública, incluida la cuarentena en la comunidad, así como el diagnóstico oportuno y el estricto cumplimiento de las precauciones universales en los entornos de atención médica, fueron fundamentales para controlar el SARS y el MERS. La institución de medidas similares será importante y, se espera, exitosa en la reducción de la transmisión de 2019-nCoV.